ILDEFONSO ESCRIBANO DE LA TORRE
Su vida
Ildefonso Escribano de la Torre nace en Villanueva de Alcardete (Toledo) en 1933 y es misionero en Río de Janeiro (Brasil) desde poco después de cantar misa en 1959. Vive en una favela en su parroquia.
El P. Ildefonso Escribano se ha incorporado a “Humanistas de la eBible” por el valor poético y espiritual de su obra. Su poesía está llena de originalidad tanto por la experimentación en la forma, como por la propuesta de contenido místico y humanístico. Su vida es ejemplo, además, de entrega a los más desfavorecidos.
Ildefonso describe su vida en estos términos:
“Desde que fui ordenado sacerdote, partí como misionero y vivo desde entonces en las conflictivas “favelas” de Río de Janeiro, el submundo de nuestra ciudad, donde crecen juntos el trigo y la cizaña. Es Karl Marx el que decía que en la historia, como en la naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida. En la favela se lucha por la vida cuerpo a cuerpo con la muerte”.
“Me confirma en la fe y representa para mí una gran alegria escuchar al Papa Francisco instando a la Iglesia a salir a las periferias existenciales y geográficas de nuestra sociedad. Es donde me encuentro y donde he estado todo mi vida.”
“Ser pobre, vivir con ellos, compartir su sufrimiento siendo testigo de tantas luchas y fracasos. Y en medio de todo ese caldo de cultivo, ser presencia del Evangelio. He ahí el gran desafío”.
“Mis versos son gritos de fe nacidos de la impotencia (también de resistencia) sentida ante una realidad que ultrapasa mis fuerzas”.
“Confesar con los labios, creer con el corazón, testimoniar con las manos. No se puede mutilar ese proceso. Es este un camino sin vuelta”.
“A pesar de todo, drogas, violencia, muerte, Dios aún tiene espacio en las favelas”.
Con un sonido de fondo de ruido de balas y pistolas, Ildefonso escribe una poesía llena de espíritu y belleza. El sentimiento místico plasmado en sus libros no se ha paladeado en el retiro protegido, sino en el apostolado entre los más pobres de Rio de Janeiro. Por eso le pregunta varias veces a Dios lo mismo que Jesús en la cruz: “¿por qué me has abandonado?”. Ildefonso Escribano ha entregado su vida a los abandonados, a los “dejados de la mano de Dios”, como, comenta él, decimos en La Mancha. Pero él les ha consolado, educado, alimentado. Así ha cultivado su fe, esperanza y caridad, haciendo “obras, obras”, como decía Santa Teresa.
SU OBRA
Más allá de la noche, publicado en Mendaur en el 2011, es un libro de naturaleza mística. En este libro de poesía el hombre sólo ama cuando se vacía totalmente de sí mismo, y Dios va llenando el alma en proporción al grado de la renuncia. La llama de amor en Ildefonso Escribano es entrega al trabajo apostólico para que Dios sea reconocido y amado por todos los lectores. Esta experiencia mística viene acompañada por el poder de la palabra, ya no mero objeto representativo, sino llamada al amor y a la vivencia del tiempo convertido en goce del instante.
En su segundo libro publicado por la FDB en 2015, Desde la niebla, Ildefonso Escribano habla “desde la niebla”, no desde más allá de la noche. Sigue la marcha de todos nosotros en el claroscuro gris de la vida cotidiana. El título condensa un motivo fundamental de todo el poemario: el contraste entre la oscuridad y la luz; la mirada de los ojos como espejos y como delatores del fuego que brilla y arde en el corazón del poeta misionero.
El sentimiento místico de la vida se tiñe de “sequedad”, de duda que bordea el sentimiento trágico: “esa luz que me abrasa y desespera”. “Desesperar”, esto es, buscar plenamente: “Se agarró al árbol de la cruz / desesperadamente”.
El próximo libro por publicar en 2016 es Claros Menhires (eBook) o (Libro en papel), poemas dedicados a su tierra La Mancha y a Cervantes y el Quijote, con motivo de los 400 años de la muerte de Cervantes.